DE TOUR POR LA CIUDAD

Uno se sube al metro, y ve de todo: pesadez, angustia, cansancio, alegría, sudor, hasta los olores se ven.

Llegué al Palacio de los Deportes, esperando analizar algún fenómeno del espectáculo que suele prometer mucho, y al final, siempre desemboca en la nada, en la vaciedad más absoluta: sexo barato.

El costo de esas entradas es de $200 pesos. Creo que es mejor caminar por Tepito, y uno observa exactamente lo mismo: juguetes sexuales, prostitutas con chancro, travestis con trasero del tamaño de una sandía (¿Cómo es que logran sentarse?).

No gasté mis pupilas ni mi afán de escrutinio. Volví al metro, junto con Héctor (un compañero que mide 2 metros), y decidimos vagar por el centro de la ciudad.

Fuimos a la Feria del Libro del Palacio de Minería. Hay buenos libros. Me quedé con ganas de comprar algunos, ya que tenga dinero, lo haré.

Otra vez tengo gripa, ¡maldita sea!