ESPEJOS

Los espejos reflejan: premisa aceptada.

A veces me pregunto qué tan real es ese espectro que se presenta ante mí.

Aparentemente invierte lo que hago. Sin darme cuenta, tergiversa lo que soy.

Finge mis sonrisas, las aplana, y se regocija en dejarme la tarea de otorgarle la tercera dimensión a cuanto veo.

De ahí las distorsiones de la talla, la fealdad, lo inconforme

¿En qué momento firmé un contrato vitalicio para el autoreconocimiento con él?

No me preguntó si estaría dispuesta a acatar la rudeza de sus formas, el deterioro del tiempo, o si simplemente supeditaría mi autoimagen a lo que él revela.

Simplemente es así. ¿De qué otro modo me conocería?


¿Y si él tuviera voluntad y me mostrara cualquier otro rostro, otras piernas, otro abdomen, y no me quedara más alternativa que aceptarlo?

¡Qué bueno que los espejos son sólo objetos!

VOTO EN BLANCO

Voto blanco: Prácticamente todos los periódicos han dedicado una columna, o una entrada al tema. Yo, lo que rescato, es que no es un desperdicio, el sufragio es efectivo siempre y cuando exista una representatividad real. ¿La hay? Si la hay, es un desperdicio, si no, no lo es.
Me quedé con ganas de leer esa novelita de Saramago. Ya que la lea, comento el punto.

Algo más efectivo que el voto blanco, sería una bomba que eliminara a cuanta persona sin sentido común camina por las calles y trabaja en oficinas.

Si anulamos el voto, de todas maneras alguien ganará. Es repudiar al sistema, sí, pero tampoco es solución. ¿Quién sabe armar bombas? Jajajaja...

¡Lo que hace la desesperanza!