Su ufana vida: postigo para el mundo.
Luego, llegó Él. Los cristales dejaron de ser grises, y el mundo ya tenía, por fin, un reflejo fiel.
El tiempo, escaso como suele ser, ahogaba, los ahogaba, la ahogaba.
Y ella, sigue custodiando la ventana; para que todo, incluso, "eso", no turbe el interior.
4 comentarios:
Lluli!!! No había visitado éste, tu espacio cibernético. Nice!
Muy bien, y algo obscuro esto que has pegado.
Y sí, veámonos el fin de semana. Tiene que ser así.
Abrazo!
y qué es eso ??? Te he puesto un link !!! ;-)
El mundo es un reflejo del reflejo, pero hay una superficie opaca que permite la reflexión. Esa superficie opaca es lo que llamamos Dios. ¿"Eso" será también Dios, o quizá más bien, para ser precisos, la imagen de Dios?
orale, yo pensé que yo era el único de mis conocidos que leía este blog, pero ahora resulta que diego y pardiño también...
Publicar un comentario