PUTO





PUTO: Lo escuché claro, con un coro y furia que una centuria habría envidiado. "México" se unía para una causa común: apacigüar a los gringos con un sonido bisílabo y escalofriante. Me causó una especie de revoltura de estómago.

Seguí sentada frente a la computadora, en mi oficina; mientras maestros, secretarias y alumnos se entretenían  viendo  el partido más sublime antes del mundial.

No podía dejar de pensar que esa efusividad era un montaje para ensalzar el SER patriótico inexistente de nuestro pueblo. 

Abucheos, luego, un gol. La multitud estaba volcada fuera de sí. Y entre cantos angélicos, y querubines bañados de testosterona y sudor, la voz del perro Bermúdez -cómo lo detesto- alababa a la docena mexica.

Insisto, no estaba viendo el futbol, tan solo escuchaba lo que sucedía a unos 15 metros. 

Quería apagar mis oídos, pero era imposible, la porra era como una aguja taladrando mi cerebro, como una migraña de esas que no le deseas ni al diablo.

"¡Remate!"

Estuve a dos, ¡qué digo!, a nada de salir  a apagarles su maldita televisión. No soy amargada. Tampoco detesto tanto el futbol. Simplemente, no estaba de humor,  en el fondo, lo que me reventaba no era el partido y el teatrito, sino esa maldita actitud de "todos somos hermanos y hoy, todo se vale". Ni los hippies se jactaban de tanto.


El caso es que no me sentí parte de ese TODO escurridizo que se aglomera en  peldaños, agita las manos, orina al de enfrente,  organiza cánticos absurdos, y hace metafísica del balón.

Ni aliento tuve para seguir escuchando el resto del  partido.  Cerré la puerta, me puse unos audífonos, y ni siquiera escuché otra cosa.

De cualquier manera, sabía que mi novio me diría el resultado, o al menos,  si no lo hacía, su tono de voz delataría el pecadillo de regocijarse junto con un pueblo que detesta...

3 comentarios:

ME dijo...

jajaja, "regocijarse con el pueblo que detesta" me suena... en el colegio en el que trabajo los dueños bajan de sus tronos para ver algún partido importante con los de intendencia, los albañiles y uno que otro profesor, terminado el partido vuelven a sus aposentos y olvidan nuestros nombres.

Meruti Mellosa dijo...

Bueno, es un avance que haya algo que una opiniones y da pláticas. Por ejemplo, con cualquier taxista se puede hablar porque todos son o presidentes o directores técnicos y, muy a menudo, ambas.

GRANDESBIG dijo...

Muy buena forma de resumir lo que es el supuesto potriotismo mexicano, en verdad a todo mexicano le vale madres, solo con el simple hecho de ver que cuando gana mexico, uno se siente mas mexicano que nunca, uno no duda en cantar el himno nacional, sin embargo, cuando todo es lo contrario, ni hablar, bola de hipocritas, que pena de sociedad, chinguen a su madre todos, jajajajajajjaja