COMUNIDAD

Anhelo y deseo de esos días. Mágicos, en comunión. Éramos una comunidad. Una fotografía perfecta. Sonrisas, lazos, velos sin descubrir. Sentido de pertenencia. Rueda que giraba porque sí. Ondas de agua que se perpetuaban en los diálogos. Corazones palpitantes llenos de ingenuidad y soberbia. Palabras grandilocuentes. Pasados compartidos. Llagas vivas. Miedos atroces, pero en comunidad, ¡en comunidad! Prestos a cruzar la trabe que conducía al mundo, al monstruo seductor que terminaría con figuras preconcebidas. Al final, al cruzar el puente, la diáspora. No más comunidad, al menos, concéntrica. Y la rueda gira porque sí.

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