En la garganta yace sepultado el aliento gris
que se amodorra cuando las cuerdas lo agitan
los acordes aún esperan su señal
y el tiempo, cárcel, alza el látigo de su presencia.
Vienen treinta y dos fracciones, y vuelan
mientras tanto, dentro resucitan los demonios
buscan la luz, el vehículo del grito
Al final, hecho.
-Dolor...
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