UN DÍA MÁS

Hace días que no escribo. Las coyunturas de mis manos incluso se han oxidado, (más por el jabón Roma que hay en los baños, que por su desuso) están todas llenas de grietas y la humectación de la crema barata del hotel no puede redimirme.

Ayer le hice una entrevista a Diego Fischerman, y la verdad me impresionó mucho algo que dijo, y que decía su abuelo: "El mundo es como un reloj, y la ciencia se encarga de ver cómo funciona, pero no puede abrirlo..."

Es cierto, la mayor parte de nuestra vida nos la pasamos tratando de entender el cómo, y nada nos sacia. Lo más irónico es que cuando por fin damos con una respuesta que parece certera, al poco tiempo ésta se desvanece, quizá no del todo, pero cambia su matiz y es como si se configurara una vez más.

Me pregunto si los humanos podríamos ser de otro modo, estar simplemente.
Supongo que no, y gracias a esa curiosidad, a la posibilidad de optar, el mundo es...